CRIMEN EN 9 DE JULIO

Existiría una intención económica en el crimen de la anciana hallada muerta en un cementerio

Avanza la investigación en el caso de la mujer asesinada y arrojada en el cementerio de 9 de Julio. El fin de semana identificaron a la víctima como Justa Valenzuela de 86 años con domicilio en el barrio Colombia Granaderos de la capital correntina. En contacto con Radio Continental, el fiscal de Instrucción en Goya, Francisco Arrué, confirmó que el deceso fue por  golpes y asfixia, y se encuentran dos personas detenidas imputadas como presuntos autores. Descartó que se trate de un crimen con significación ritual. Confirmó que la investigación apunta hacia una finalidad económica. 

11-12-2017


Francisco Arrue asesinato ritual

Se trata de Justa Valenzuela de 86 años con domicilio en el barrio Colombia Granaderos de la capital correntina. El cuerpo fue reconocido por sus familiares. Hay dos imputados detenidos por el crimen. Según investigaciones, podría haber un móvil económico en el asesinato. Por Radio continental Corrientes, y en el programa “La Mañana de Todos”, el fiscal Francisco Arrué, descartó la existencia de un ritual satánico.


“La investigación de la Policía hacen presumir que algunas de las personas detenidas podrían tener vinculación con este hecho, se investiga cual fue el móvil pero se descarta que haya sido en un ritual”, expresó el fiscal.

“La muerte se dio por asfixia, pero también posee golpes en distintas partes del cuerpo”, detalló.


Tortura y muerte por asfixia

Cabe recordar que el cadáver apareció cerca de las 8 del miércoles pasado en el cementerio “Sangrado Corazón de Jesús”, que se encuentra a la vera de la Ruta Nacional N° 123, a escasos 1 kilómetro de la localidad de 9 de Julio.

El encargado del predio, un trabajador municipal de nombre Jorge Galarza divisó el cuerpo de esta persona sentado cerca de los nichos.

En principio creyó que se trataba de un borracho que pasó la noche allí, pero al acercarse se encontró con la escalofriante escena. Era una señora con el rostro inclinado hacia abajo y los brazos sobre las piernas. Tenía la cara ensangrentada y a su vez cubierta con arena. En sus pies había bolsas de nylon, y ladrillos. Dentro de la boca le pusieron plásticos a modo de mordaza y lo que completaba el enigmático cuadro era un crucifico que colgaba de los dientes.

El cuerpo tenía señales de tortura ya que los pies y brazos también estaban con sangre, afirmaron las fuentes policiales.

Sobre un camino de altos pastos que era el antiguo acceso al predio quedaron  marcas de las ruedas de un vehículo que ingresó en horas de la madrugada y depositó el cuerpo.