DETENCIÓN DE LULA DA SILVA

Reconocido diplomatico destacó la valentía de la justicia brasileña para condenar todos lo casos de corrupción

En el programa PUNTO x PUNTO (lunes a viernes, 8 a 12), que se emite por RADIO CONTINENTAL CORRIENTES 97.3, el reconocido diplomático Dr. Roberto Gracia Moritan, dialogó con Jorge López Desimoni acerca de la intimación de la justicia brasileña a Lula da Silva para que se presente este viernes para cumplir una condena de 12 años de cárcel.

 “Siento una gran tristeza porque tengo el recuerdo de Lula como un gran presidente donde tuvo una gran actuación regional y transformó su país de manera interesante. Lamentablemente el gobierno de Dilma Rouseff (destituida por el Congreso Nacional) no fué exitoso y tuvo que pagar el costo del exceso de gasto público sobre el cual se basó Lula”.

El Superior Tribunal de Justicia (STJ), máxima instancia penal de Brasil, se prepara para resolver un nuevo habeas corpus presentado por la defensa del expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva.

El recurso es para evitar su detención, ordenada por el juez Sérgio Moro, quien le dio hasta las 17 para presentarse a cumplir su condena a 12 años de prisión.

En breves declaraciones al diario Folha, Lula dijo que no se va a entregar. "No voy a ir a Curitiba", señaló.

 

06-04-2018


Roberto Garcia Moritan

Moritan, entre 2000 y 2003 fue Director de Política Latinoamericana con el canciller Adalberto Rodríguez Giavirini de la Alianza UCR-FREPASO. Después, pasó a ser Subsecretario de Política Exterior con Rafael Bielsa y ocupó ese cargo hasta 2005, cuando se convirtió en vicecanciller del entonces ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana.

“Lo que es triste y desilusionante –porque nos pasa en la argentina, también-  es que esos gobiernos populistas terminan haciendo actos ‘non sanctos’. En definitiva, el que comete actos ilícitos tiene que ir preso, más allá del buen gobierno que pudiera haber realizado”.

Lula estaba llamado a ser el gran presidente de América Latina por visión y todos los esfuerzos desde el punto de vista social, lamentablemente estuvo asociado con una trama de corrupción terrible que todos los días nos sorprenden con nuevas denuncias”.

Consultado por las similitudes y diferencias entre la justicia nacional y la brasileña, señaló: “La justicia ha tenido la valentía -a diferencia de lo que pasa en nuestro país- de haber metido preso a Marcelo Oderbretch (expresidente de la constructora brasileña protagonista del mayor escándalo de corrupción de la historia del continente y condenado a 19 años de prisión) y también a un expresidente como Lula Da Silva”.

Lula es el principal acusado por "Lava Jato", una megacausa sobre corrupción que salpica desde hace años a casi toda la clase política brasileña. 

La justicia condenó a Lula el año pasado inicialmente a nueve años y medio de prisión por cargos de sobornos de la constructora OAS a cambio de favorecerla en sus negocios con la petrolera estatal Petrobras. 

Un tribunal de apelación confirmó en enero la condena y la subió a 12 años y un mes. Aunque Lula todavía tiene opciones de apelar la condena en dos instancias más, el STJ y la Corte Suprema, la Justicia determinó que empiece ya a cumplir la pena de prisión. 

La Corte Suprema rechazó en la madrugada del jueves un primer recurso de "habeas corpus" de la defensa de Lula pidiendo que la orden de arresto sea suspendida hasta el fin definitivo del caso. Moro ordenó horas después el ingreso en prisión del ex presidente. 

Pese a la condena, Lula quiere volver a ser candidato presidencial para las elecciones del 7 de octubre y es favorito en todos los sondeos, con hasta el 37 por ciento de los apoyos. 

Lula está en teoría inhabilitado para postularse por la ley de "Ficha Limpa"("expediente limpio"), que impide a políticos con condenas penales ser candidatos. Una corte electoral, sin embargo, debe dar un veredicto oficial. Eso ocurrirá previsiblemente en agosto, cuando se inscriban las candidaturas. 

Lula, que dejó su cargo el 1 de enero de 2011 como uno de los políticos más populares del planeta, sigue teniendo grandes apoyos entre las clases más pobres por el éxito de los programas sociales de sus Gobiernos. Las clases medias y altas, sin embargo, rechazan al ex líder obrero por los numerosos cargos de corrupción que se le imputan.