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Boca goleó, se metió en la Libertadores 2020 y mandó al descenso al San Martín de Caruso

El equipo de Alfaro había arrancado abajo en el marcador y lo dio vuelta para imponerse 4 a 1 con tantos de Wanchope, Reynoso, Lisandro López y Nandez. Los tucumanos jugarán la próxima temporada en la B Nacional

18-03-2019

Los dos extremos fluyen en el Norte. Boca emerge a bordo de su jerarquía individual y esa contundencia que lo impulsa a la Libertadores de 2020 mientras sueña con conquistar la Copa de 2019. San Martín se hunde inexorablemente en el descenso. Gustavo Alfaro cosecha números propios de Carlos Bianchi: en 12 partidos, 10 de la Superliga, 2 de la Superliga, sumó 27 puntos sobre 36 en juego, un 75% de eficacia. Ricardo Caruso Lombardi, en cambio, no pudo imponer su influjo ganador: sabía que llegaba para forzar un milagro, pero perdió dos partidos en la Ciudadela y no pudo salvar al Ciruja de la B Nacional.


El tibio aplauso, acompañado por lágrimas en los rostros, dejó en evidencia la realidad de San Martín. Es que sólo una temporada pudo estar el conjunto tucumano en la Superliga. Le quedó grande la categoría. Tuvo oportunidades y no pudo aprovecharlas. A veces, la suerte no estuvo de su lado y, por ende, se le escaparon de sus manos puntos vitales. Pero no ganó partidos clave y cambió de entrenador en tres oportunidades: empezó con Darío Forestello, siguió con Walter Coyette y terminó descendiendo con Caruso Lombardi.



Boca, en cambio, es todo lo contrario. Nunca se desesperó, ni siquiera perdiendo 1 a 0. Los de Alfaro desplegaron de a ratos su buen juego y algunas individuales. Por eso dio vuelta al resultado y terminó vivito y goleando. Suma 24 goles en 12 partidos, un promedio de 2 gritos cada noventa minutos. Números impactantes.

El partido fue movido, de ida y vuelta. San Martín tomó la iniciativa y la primera que tuvo no la desaprovechó. Vitale tocó para Gonzalo Rodríguez y Buffarini no pudo cortar el pase. Lisandro López cerró mal y a pura guapeza quedó mano a mano con Andrada. Remató, el arquero manoteó y Luciano Pons empujó la pelota con la rodilla. 1 a 0 y fiesta.


Era un volver a nacer para los tucumanos, pero la alegría duró poco. A partir de ese gol, se despertó el gigante azul y oro. Manejó la pelota. Abila quedó mano a mano con Carranza, anticipó el arquero y el cordobés reclamó un penal de Moreira que no existió. Tuvo revancha Wanchope y no perdonó tras un centro atrás del colombiano Villa.


Ese gol descolocó a San Martín que, como toda la Superliga, no supo mantener la calma. Se descuidó y lo pagó caro. Boca no se enloqueció. Insistió e insistió Y así, en el complemento, llegó su premio.

Bebelo Reynoso, la figura de la cancha, hizo magia y también un gol igual al tercero que anotó Messi en la goleada de Barcelona ante el Betis. Sí, el cordobés se metió en el área sobre la izquierda sacó una joyita que superó la resistencia de Carranza.


Ese segundo gol pegó fuerte en San Martín. Enseguida, Zárate envió un tiro libre con rosca al primer palo y Lisandro López la peino para el 3-1. Y quedaba más. Nandez, sobre el final, puso el último tanto, y cerró el capítulo de San Martín en Primera.

Y ese reconocimiento de la gente al final, emocionante por cierto. A fin de cuentas, vendió cara la derrota. Andrada y el travesaño impidieron el empate, primero, el descuento, después. Boca, de la mano de Alfaro, es cosa seria.



CLARIN