Caso Francesco Landi. Carta homenaje de un padre en honor a su hijo

Esta carta tiene la intención de honrar no solo la memoria y el recuerdo de Francesco, sino también valorar su espíritu de lucha, coraje y alegría que nos regaló en estos 14 años, sobre todo, durante los 9 de años que vivió con su afección.

 

20-10-2021

Desde el seno familiar intentamos con este escrito, evitar que las desinformaciones por desconocimiento afecten tan preciado recuerdo.

Fran contrajo el Síndrome de Kawasaki a los 5 años. En principio fue internado en una Clínica privada de la Ciudad por 15 días, para luego ser derivado al Hospital Garrahan de Buenos Aires, donde permaneció internado por 45 días. En ese lapso fue atendido por médicos que dejaron el cuerpo y el alma en tratar de frenar la destrucción que hacía en su cuerpo esa maldita enfermedad que le tocó. Día tras día aguantaba estoico decenas de pinchazos, además de recorrer cada rincón del Hospital para hacerse estudios.

De allí salió victorioso con la frente en alto como un gladiador… y como todo gladiador, también salió con huellas de esa batalla. Su corazón quedó con aneurismas gigantes de coronarias luego de haber tenido también, aneurismas en los brazos y edema de aorta, que gracias a Dios revirtieron.
Esas afecciones fueron tratadas con una batería de medicamentos que incluían anticoagulantes, betabloqueantes, estatina, aspirina y antiplaquetarios que Fran tomó valientemente todos los días durante nueve años, además de realizarse análisis sanguíneos mensualmente.

Luego de salir del Garrahan, continuó asistiendo a controles en esa Institución; primero trimestralmente, semestralmente y hasta la actualidad, anualmente. En Corrientes se realizaba estudios complementarios a los controles del Garrahan, que incluían electrocardiogramas ecocardiografías, ecocardiografías con Stress y Holter de 24 horas. Todas siempre con resultados normales.

Hace tres años, fue autorizado por el servicio de Cardiología del Garrahan a concurrir a clases de Educación Física en el Colegio Yapeyú donde cursaba el nivel secundario; la autorización le permitía realizar actividad física de manera exclusivamente RECREATIVA, ya que sus estudios de esfuerzo (ecoestress) así lo avalaban. Además, se tuvo en cuenta que la inactividad era también un factor perjudicial para su salud.

En ese contexto ocurrió el trágico desenlace. Con el pitazo de final de hora de su Profe, su corazón dijo basta. Hasta acá, Fran no hizo más que brindarnos ejemplos de alegría, compañerismo, amistad, empatía, coraje y valentía.

Es por eso que estamos inmensamente agradecidos por toda la atención que tuvo nuestro hijo; desde sus Médicos (Mili Ferreyro, Alberto Blanco, Toni Cabral, Maria Marta Katsicas, Exequiel Borgia ,Servicio de Cardiología, Hemostasia y Reumatología del Garrahan), Laboratorio de Análisis Clínicos Marcomini y la Obra Social ISSUNNE.


Un especial agradecimiento por el acompañamiento también a los abuelos, hermanos, tíos, padrinos y primos de la familia. Y por supuesto, a su gran familia: el COLEGIO YAPEYÚ, que desde el primer empleado hasta la Familia Fernández Avancini, lo trataron y cuidaron siempre como un hijo más.

Gracias inmensas a todos los alumnos que compartieron con Fran su vida escolar y que fueron fuente de alegría inagotable para su alma en especial a sus compañeros de 3° 3° que son desde ahora, sus hermanos.

Gracias Fran por todo lo que nos regalaste. Y como dijo tu hermanita Paulina sobre tu cuerpo inerte “con ese pitazo del Profe empezó tu nuevo partido, en tu nueva vida, ese que siempre quisiste jugar, sin restricciones, sin que nadie te diga que hacer y qué no. Jugar todo el tiempo que quieras y poder ser libre, sin pinchazos, controles y estudios. Te amo.”

Vuela alto hijo nuestro, disfrutá la libertad, jugá todos los partidos que quieras y recorré el mundo como siempre quisiste, te amamos Mamá, “Puna” y Papá.

Siempre seremos 4